¿Están sobrevalorados los botones físicos del tablero?

Los botones del tablero siguen el mismo camino que los Dinos, ¿no es algo bueno?

Botones del tablero

Botones del tablero

Érase una vez, en una tierra no tan lejana del diseño automotriz, la idea de tocar una pantalla para controlar las funciones de su automóvil era tan descabellada como un carruaje de calabaza autónomo.

Sin embargo, aquí estamos, en una era en la que el elegante brillo de los tableros digitales está convirtiendo los alguna vez queridos botones y perillas físicas en pintorescas reliquias de un pasado táctil. Exploremos, irónicamente, por qué estos controles manuales están tan sobrevalorados como un disquete en una conferencia sobre computación en la nube.

El argumento estético: de lo funcional a lo fósil

¿Recuerdas cuando tener un coche con muchos botones y perillas era señal de lujo? Era como llevar un reloj con más esferas que plazos. Pero ahora, entrar en un automóvil con un tablero físico es como entrar en una máquina del tiempo configurada para generar “incomodidades nostálgicas”. La estética limpia y minimalista de los tableros digitales no solo hace que el interior de su automóvil parezca diseñado en el futuro, sino que también le evita la vergüenza de tener que explicar qué hacen todas esas perillas adicionales.

La maravilla multitarea

Un botón, una vez comprometido con una función, queda para siempre ligado a su destino singular. Una especie de héroe trágico, limitado por su propio diseño. Los tableros digitales, por otro lado, son los que cambian de forma en el mundo del automóvil.

Con solo mover un dedo, se transforman de una ayuda a la navegación a un reproductor de música y a una herramienta integral de diagnóstico del vehículo. ¿Por qué conformarse con un pony de un solo truco cuando podrías tener una navaja suiza digital?

Los salvadores que ahorran espacio

Los botones y mandos físicos son el equivalente espacial de ese amigo que viene y deja sus pertenencias esparcidas por todo el salón. Ocupan bienes inmuebles valiosos que podrían utilizarse mejor para, bueno, prácticamente cualquier otra cosa.

Los tableros digitales optimizan la cabina, liberando espacio para cosas más importantes, como portavasos adicionales o un lugar para descansar su teléfono inteligente.

El enigma de la confiabilidad

Los críticos de los tableros digitales a menudo alardean de la confiabilidad de los controles físicos. "¿Qué pasa si la pantalla se congela?" preguntan, visiones de un apocalipsis digital pasan ante sus ojos. Sin embargo, cualquiera a quien alguna vez se le haya caído una perilla de la mano sabe que los botones físicos no están exentos de fallas. Además, en el improbable caso de que la pantalla se congele, la solución moderna es sencilla: apágala y vuelve a encenderla. Si eso falla, siempre estará disponible el número de asistencia en carretera, convenientemente almacenado en su directorio telefónico digital.

En conclusión

Si bien los botones y perillas físicos tienen su encanto, similares a los de un teléfono de disco o una máquina de escribir manual, el tablero digital es la innegable ola del futuro. A medida que avanzamos hacia una era de creciente conectividad y automatización, el argumento para aferrarnos al pasado se vuelve tan endeble como un mapa en la era del GPS.

Entonces, abracemos el tablero digital con los brazos abiertos y un dedo listo para deslizar. Después de todo, ¿quién necesita un botón físico cuando tienes el poder del tacto?